lunes, 30 de noviembre de 2009

El rey Zapaterón y sus imbatibles caballeros

Érase una vez, hace muchos, muchos años, un reino cuyo nombre de no utilizarlo se perdió en la memoria de sus habitantes. Así que, como lo innombrable no existe, es invisible, decidieron adoptar el apodo por el que era conocido más allá de sus fronteras: el país Delrevés. Los viajeros que se adentraban en él, sabían que las palabras allí significaban lo contrario, y que muchas de ellas ni siquiera designaban nada, las pronunciaban sólo por el gusto de oírse.

Sus habitantes eran felices. Salían a comer fuera de casa los fines de semana; tenían primera y segunda vivienda, incluso terceras para hacer negocios; viajaban a lugares exóticos y lejanos como si fueran al pueblo de sus abuelos; el dinero había sido sustituido por tarjetas de plástico, y pedían créditos que las hadas madrinas de los bancos le concedían con los ojos cerrados. Pero ninguna felicidad es gratuita; y un día, de repente, apareció el abominable dragón Crisón. Crisón asoló tierras y ciudades, devoró cosechas, servicios, bienes tangibles e intangibles, su fuego dejó a la industria chamuscada y al país en la desolación.

Hordas de hombres y mujeres sin trabajo deambulaban por los caminos Delrevés. La situación era insostenible, y el rey Zapaterón, hechicero con grandes poderes sobre la palabra, la imagen y el universo, viendo que el caos se adueñaba del país, llamó a sus mejores sabios, y les dijo: “ir por los bosques de La Administración, buscar a los mejores paladines. Hoy es mayo florido, en la segunda luna llena de noviembre habrá un torneo, el caballero ganador se enfrentará al dragón Crisón”.

Llegó el día tan esperado. Mientras el populacho se agolpaba en la entrada del recinto, las principales damas, engalanadas con sus mejores sedas, y los gentilhombres tomaron asiento en los escaños. Aún hoy, después del paso de los siglos, los libros de historia recogen los nombres de aquellos valientes y arrojados caballeros, flor y nata del reino Delrevés, que compitieron con arrojo, a pesar de que la victoria podría llevarles a una muerte segura en las fauces de Crisón. ¡Loa a sus nombres: Economía Sostenible, Entorno Económico, Competitividad, Sostenibilidad Medioambiental, I+D+I (de mayor mérito dada su extremada delgadez) y Medidas Fiscales, entre otros!
El triunfo de Economía Sostenible devolvió la alegría a las calles. El caballero, sabedor de tan alta responsabilidad, se retiro por espacio de diez años antes de la lucha final.

-Tía Carlota, ya tengo catorce años y no estoy para cuentos, prefiero la realidad. He cogido tu wonderbra, ¿no te importa, verdad? Si llama mi madre, dile que estoy dormida. Ciao pescao.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

No sin mi SITEL

Voy a confesar un vicio privado, que en otros momentos escondería avergonzada; más en los tiempos que corren, tiene muchas posibilidades de convertirse en virtud pública: soy cotilla, al primer grito de los vecinos agarro un vaso y me pego como una lapa a la pared. No voy a ser yo, pobre infeliz, quién menoscabe el principio de autoridad de los gobiernos de Mandanga en su quehacer diario para protegernos del mal. ¡Pero todos los ciudadanos tenemos derecho a ser operadores de SITEL, me niego a que el estado sea el único espía-cotilla oficial del reino!

Desde aquí ofrezco generosamente la solución, que acabará con la división de opiniones entre las dos grandes sectas de Mandanga: la creación del gran Ministerio de Intercepción Telefónica Sostenible. El lema sería: “yo también soy SITEL” o “¡A qué te pillo!”.

¿Tiene capacidad la policía y la guardia civil para espiar las llamadas de todos los mandangos? Aunque lo intenten, hay que ser conscientes de que no, como mucho pueden ser intervenidas las conversaciones y los mensajes de veintitantas mil personas. Ahora bien, si el Ministerio del Interior se quita de pequeñeces, y piensa a lo grande, dando un pequeño operador SITEL a cada uno de los habitantes lograría multitud de ventajas. Paso a enumerar unas pocas de las muchas que se me ocurren: a) cada mandangés controlaría a otro, que a su vez sería controlado por otro, de esta forma se sabrían las conversaciones de los cuarenta y seis millones de mandangos; b) la risión no tendría fin; c) la creatividad del lenguaje y los sonidos cifrados alcanzaría cotas jamás imaginadas por los agentes secretos; d) no tener vida propia dejaría de ser un problema psicológico; e) no habría tiempo para delinquir en cualquiera de sus facetas; f) el parado tendría ocupado su tiempo, no necesitaría ni comer; g) elevación de la autoestima al escuchar la vida miserable del que te ha tocado…

Si pudiera elegir, pediría ser la radioescucha de Mari Cospe, la equidistante, nunca dice nada de nada, lo poco que denota algo de su personalidad es la quincalla que lleva en las muñecas, y que viste como una “teenager”. Lo que daría por asomarme a su pensamiento político, a su capacidad gestora, a su fortaleza de carácter para dominar a los díscolos. El segundo lugar en mis preferencias de radioescucha lo ocupa Amancio Ortega, creador de la ilusión de que cualquier mercero puede llegar a estar cuajao de euros. Pero no, no estamos para caprichos, hay que dar ejemplo de democracia, me conformo con un anónimo ciudadano de Minglanilla, pueblo del que tengo recuerdos imborrables.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Del materialismo dialéctico y The Smiths

Desparramado su estómago de pequeño burgués, sobre el esplendor de una pista de pádel, el revolucionario Centella (secretario general del PC) posa raqueta en mano cual duquesa de Alba del proletariado. Su mirada no me sugiere barricadas, sino urta a la roteña y un buen godello.

Una ojeada rápida al titular: “soy un diablillo en el regarte corto”; promete un rato de hilarante lectura.

Admito que la humanidad es una pura contradicción, pero aún así me sorprende este devoto del materialismo dialéctico, que a lo largo de la entrevista cita a dios y al diablo en el más puro maniqueísmo. Tumbado en la pista de pádel, con gran arrojo espera organizar la “REVOLUCIÓN en Europa” y Mandanga. ¡Zas, hágase la revolución! ¿Ha viajado por el continente europeo en los últimos veinte años, aunque sea de comité en comité? Va a ser que no. Comenta, a lo tonto modorro, estar enfrascado en las “apasionantes” actas de la Primera Internacional que recogen los debates entre Bakunin y Marx”. No le vendría mal buscar hueco para leer a Hanna Arendt y Errico Malatesta, olvidado anarquista que propugnaba la voluntad libre de los hombres.

El Rayo del capitalismo salta de un lugar común a otro con gran soltura. Y, como ahora están de moda en Mandanga los museos, no hay pueblo sin museo, aunque sea el de la cebolla; ha tenido la ingeniosa idea de transformar la Zarzuela en museo, una vez la revolución jubile al actual “inquilino”. El azote revolucionario no se amilana e insiste en los estereotipos: él es andaluz, pero trabajador y sin duende (¡vamos, que es una excepción!). En el colmo de la estulticia se define como un hombre alejado de la alegría en el sentido frívolo de la palabra. Después de mucho pensar, infiero que para él existe la alegría grave, la seria, la importante.

Sin saber por qué, las mitomanías adolescentes de este buen hombre y el materialismo dialéctico me han traído a la memoria un verso de una antigua canción de The Smiths: “esa luz nunca se apagará”. Hace años, en el pleistoceno, después de una ruptura sentimental, lo repetía como un mantra, era mi manera de alargar lo imposible. Los caminos de la mente son insondables.

viernes, 20 de noviembre de 2009

"Disabling fire"

Tengo debilidad por las pelis de piratas, aunque desde pequeña agarraba un cabreo monumental conforme llegaba el desenlace final. Me arrebataba de tal forma, que mi padre ante tanto juramento cortaba por lo sano y apagaba la televisión. Al fin y al cabo, era una niña de Mandanga, aunque de ascendencia flamenca, y no podía soportar como caricaturizaban a los mandangos. Siempre eran malos de solemnidad, los disfrazaban de petimetres lechuguinos, de una simpleza que ni el mecanismo del botijo, y cayéndoseles las babas ante la contemplación del dinero. ¡Es qué me ponía!

Ya he madurado, y me dispongo a ver una de piratas en la calidez de mi hogar burgués, Larios descansa sobre mi hombro izquierdo con un penacho de plumas verdes. La película se llama: ¡Disabling fire!

Primera escena. Azules y apacibles aguas del Índico. Un pesquero presumiblemente mandango (no lleva bandera) faena. En la lontananza el capitán ve acercarse una embarcación; pero la rapidez en maniobrar de los piratas y la lentitud del pesquero hace mella en el ánimo, y se abandonan a la impotencia, viéndose abordados piden ayuda a la Armada Invencible: “socorro, socorro”.

Primera punzada que logro controlar, al ver que el barco pirata no es más grande que una patera. Soy madura, bebo un sorbo de ron.

Segunda escena. Los corsarios se han hecho con el pesquero; y una fragata mandangesa, no se sabe cómo, consigue atrapar a dos. Aquí el escenario cambia y aparecen ahora si, ahora no: el Alto Mando de la Armada, el Ministerio Defensa, el Ministerio de Asuntos Exteriores, el Ministerio de Justicia, el juez Infatigable en la Lucha contra el Mal, nuestra Maria Teresa o la mujer heliotropo. ¡Y se monta un guirigay! Paso a transcribir el diálogo telefónico a seis bandas:

-¿Qué hacemos con los prisioneros? –pregunta el comandante en jefe.
-Voy a pedir consejo a la jefa del gabinete de crisis, y le cuento después –contesta la pacifista y a la vez ministra de Defensa.
-Soy el Juez Infatigable en la Lucha contra el Mal, exijo la entrega inmediata de los piratas a la justicia mandangesa.
-¡Ahora que me iba a Argentina, sale con estas! Que los traigan, así parece que hacemos algo –responde la mujer heliotropo.
-¡Me dice que los traigáis! –Le ordena la pacifista y a la vez ministra de Defensa.
- A sus órdenes. ¡¡¡Ar!!! –Replica el comandante en jefe.
-Mientras tanto, hablaré con mi homólogo de Kenia a ver que consigo. –Sugiere el ministro de asuntos exteriores.

Me doy cuenta que no soy tan madura como creía, y me he controlado a duras penas gracias a un vaso de ron.

Totum revolutum escénico. Los piratas llegan a Mandanga. Que si uno de ellos es menor de edad, que si se le hace la prueba del adn, que si sale un abogado defensor de la chistera, que si aparece un despacho británico de intermediario en el pago del rescate, que si las familias de los pescadores se desesperan y hablan mas de la cuenta, que si Casper de la Moncloa toma las riendas e impone la ley del silencio...

Última escena. Los piratas consiguen el rescate, y salen del buque secuestrado en pateras. La Armada Invencible persigue a la última sin tregua; y entonces el general del Mando de Operaciones, ordena: “¡DISABLING FIRE!”. Con el motorcillo a tope, los últimos piratas escapan por los pelos del fuego mortal.

Final feliz. Los pescadores arriban sanos y salvos a las islas Seychelles. Los piratas ya en Tortugaharadhere, haciendo honor a su nombre, se entregan sin freno a las putas y al alcohol. Yo, a estas alturas, he perdido cualquier atisbo de madurez, maldigo como una bucanera, y tengo una melopea de no te menees: “ron, ron, ron, la botella de rooooooooooon".

lunes, 16 de noviembre de 2009

Con las tapas del yogur

Qué difícil es elegir, en esta tarde de domingo, entre dos mentes preclaras. Hasta Larios está indeciso, y ha desertado de sus obligaciones, abandonándome por una mosca pegada a la pantalla de la televisión. La cuestión que me tiene sumida durante todo el día en el sopor intelectual, tumbada en el sofá con un kilo de pipas y la mirada extraviada, entre lela y de profundis que no me reconocería ni el camarero de De Diego, no es otra que: ¿Cuáles son los meritos y las capacidades, que han de acompañar a los políticos mandanguenses, para triunfar y alcanzar la presidencia del reino?

Horas y horas he pasado, leyendo declaraciones de uno y otro, y la respuesta se hacía cada vez más insondable, un arcano sólo descifrable para periodistas y afiliados de primera fila; pero velado al vulgo mortal. Aburrida de comer pipas me he arrastrado a la nevera y he cogido un yogur, la publicidad del envase decía que mirara el interior de la tapa, ya que podía ser la agraciada con un audi4. En ese momento lo vi con claridad. ¡Cielos, y si éste es el sistema para llegar a ser presidente en Mandanga! Imagino la siguiente escena: Zapatero en la intimidad de su hogar, abre indolentemente un yogur, se le pone la vista a cuadros y grita: ¡Atiza! ¡Sonsoooles nos mudamos! Mismo escenario válido cuando llegue el turno a Mariano.

Puedo barajar otras explicaciones, pero ésta me parece la más probable, ante tanta inteligencia manifestada este fin de semana por los dos egregios estadistas.

Comenzaré con Mariano. El líder indiscutible del PP ha asegurado que cuando sea presidente hará ministro a un deportista de élite. ¿Y por qué no a un sexador de pollos?, yo he conocido a dos que son economistas. Además, a la pregunta con quién se tomaría una caña, responde sin perder el cuajo que con deportistas (¡mira que la tiene tomá!), con escritores jóvenes (je, je, je), con creativos (¡me troncho!), y con la inmensa mayoría de los españoles. ¡Mariano, qué vas a estar bolinga, y mientras estás de cañas los sobrios te quitan el liderazgo!

Para seguir con el Casper de la Moncloa. Proclamó, el estadista de sobrada preparación, que de la ¿crisis qué crisis? saldrá Mandanga “un trimestre antes o un trimestre después” (sí, tiene una cierta querencia por el pensamiento Mortadelo y Filemón); que nos tiene preparada una ley de economía sostenible (estoy en un sin vivir por saber que es eso, bloguianos hay alguien ahí que me lo explique); que el objetivo PRIMORDIAL del gobierno es “mejorar el modelo productivo y hacerlo más competitivo, innovador y sostenible” (¿no sé, le falta algo? ¿Quizá, la palabra sinergia o I+D?); que quiere mucho a los sindicatos, porque no le han hecho ninguna huelga a pesar de los cuatro millones más o menos de parados; y tanto los quiere, que se ha comprometido a fortalecer su representación institucional. En este último punto, es importante tener en cuenta el gran número de trabajadores afiliados en Mandanga, si no recuerdo mal, está alrededor del 10%.

Lo dicho con las tapas del yogur

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Triunfo dada

Cada colectividad tiene su idiosincrasia, puede dormitar durante largo tiempo, incluso siglos; más ahí está inmutable, esperando el momento para resurgir con nuevo brío. Este es el caso del temperamento conquistador, aventurero y creativo del hombre extremeño; que a falta de tierras inexploradas que descubrir y colonizar, y ante la adversidad hace saltar su chispa de bizarra genialidad.

Es la envidia que corroe, no veo otra explicación al lío que se ha montado en Mandanga por un quítame allá una paja. Siempre he sentido una especial inclinación por el dadaísmo. Sí, ya sé que en la actualidad “la culture” le desprecia, por decadente, banal, nihilista y un sin fin de palabrejas más, pero una tiene el corazón dada. Imaginaros cuál ha sido mi exultante alegría, al encontrarme esta mañana con el dadaísmo instalado en la Junta de Extremadura.¡Por el olvidado dada apoyo la iniciativa,la visión audaz que el Consejo de la Juventud en unión con el Instituto de la mujer ha puesto en marcha!

¡A qué tanto revuelo por unas clases de masturbación! Vamos a ver hipocritillas, pues no lo hubiéramos pasado bien de existir en nuestra adolescencia clases de educación sexual en directo con juguetes incluidos (conforme escribo visualizo a sor Adelaida impartiendo el bello arte del onanismo), y no que si te quedas calva, que si se te deshace la médula espinal…

Pero no nos confundamos, no nos escandalicemos, ¡un poco de PERSPECTIVA! La campaña “El placer está en tus manos” no va de sexo. Asistimos sin ser conscientes a una nueva revolución copernicana, a un nuevo campo de la investigación científica, la solución definitiva a la crisis energética y laboral que sacude a Mandanga, y, especialmente, a la Comunidad de Extremadura. Gracias a los orgasmos de los adolescentes extremeños, la central nuclear de Almaraz dejará de existir, y en su lugar se levantará el gran “Acumulador de Energía Orgónica”, inventado por el siempre añorado: Wilhelm Reich. Al fin, la energía nuclear y el desempleo pasarán a la historia.

Marcho a celebrar el advenimiento de la nueva era con los amigos y los gin tonic que caigan.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Pedro Jota, el batallador, o una velada elegante

El viernes pasado cuando me levanté de la cama, parecía que iba a ser un día normal, como tengo el biorritmo nocturno y no comienzo a hilvanar dos ideas seguidas hasta pasada la hora del ángelus, no hice caso de las señales que se producían a mi alrededor, y que iban hacer de la jornada una fecha histórica en los anales de Mandanga. La primera señal sucedió al abrir la ventana, las nubes se abrieron y apareció un círculo azul, por donde surgían rayos de sol que daban a la atmósfera un alegre y vital tono pastel. La segunda ocurrió al poner la radio, estaba sin pilas, y me quede sin escuchar las tertulias políticas mañaneras.

El día creció en intensidad cívica, la gente del barrio me saludaba, en el trabajo el apuñalamiento sin compasión se había trocado en amabilidad y franca camaradería. Y para colmo, al pasar con la vespa por Serrano las obras gallardónicas se habían volatizado. Reconozco, que en ese momento pensé: Carlota o te han tele trasportado a un mundo paralelo o tienes que dejar de ver tanta peli de ciencia ficción, te estás chalando.

Los inexplicables sucesos cobraron sentido por la noche, al leer que el rey de Mandanga había presidido “los Premios Internacionales de Periodismo” del diario El Mundo. Y desde esa tribuna de libertad, el rey habló con ideas claras y firmes sobre la referencia que supone El Mundo para el periodismo de calidad, crítico y responsable, soporte de la libertad de expresión, escaparate cultural y cauce de información veraz. Me he quedado mucho más tranquila, oigo coros de gospel entonar aleluyas.

Pedro Jota, el incansable batallador contra toda injusticia, el súper héroe de la democracia, punta de lanza del periodismo de investigación, respondió con un discurso menos claro (hay que tener en cuenta que su personalidad y su prosa es más confusa), pero no por ello carente de fuerza ni de retórica. Entre las perlas que desgranó me quedo con tres, a saber: que tiene mucha paciencia para bregar cuando los demás no opinan igual que él; lo complicado que es tratar de persuadir desde la autoridad MORAL; y que sin periódicos no habría periodismo, del mismo modo que sin familia real no habría monarquía. Sí, es una verdad incuestionable, y yo utilizando el mismo método de razonamiento, manifiesto que: sin patatas no habría tortilla de patatas.

Para tal evento, los clérigos de Mandanga se congregaron en el Hotel Palace: empresarios, intelectuales, miembros del gobierno y políticos. Lucía Méndez, pluma profunda e inquisitiva del periodismo manganes, escribió en su crónica: “la gala resultó muy elegante en su conjunto, tanto por los discursos como por los asistentes”. ¿Puede haber mayor culmen de la cursilería y del sin sentido?

La fotografías trajeron a mi memoria la escena que da nombre a la película, “El baile de los vampiros”, de Roman Polanski, no penséis bloguianos que por vampiros, eso lo dejo a la libre interpretación, si no por ese aire de apolillamiento que rezumaban los invitados.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Comentarios superficiales de políticos escogidos al azar

Los habitantes de Mandanga se encuentran entre soñolientos y dónde viajo este fin de semana. Mientras… la prensa, la televisión, la radio y los confidenciales están enfebrecidos por el motín del BountyPP; la ¿hay crisis, qué crisis?, ¡vaya!, pues va a ser que sí, pío, pío que yo no he sido del gobierno; el huracán de las corrupciones que asola toda el litoral oriental; el “supuesto” video sexual del presidente del PP en Ceuta, un tal Gordillo (este PP es que no se pierde ni una, está en todos los fregaos); y no enumero más porque me canso.

Pero no voy a comentar estos acontecimientos que son para mayor gloria del reino, para eso están los analistas políticos. Un nutrido grupo de expertos compuesto por economistas, juristas, periodistas, sociólogos y politólogos; a los que se les conoce con el sobrecogedor nombre de: “formadores de opinión”. No, a mi me atrae más lo superficial. Así que me dispongo a investigar la imagen que ofrece los políticos mandangos con la inestimable ayuda de mi gato, al que tengo contratado como becario y asistente personal. Larios se pasea por encima de los periódicos desplegados sobre la alfombra, y donde escarba con la pata, allá dirijo mi atención. Nunca falla, tiene una intuición, que ganas me dan de aumentarle la paga.

¡Qué veo! ¿Rosa Díez se ha perdido? ¿Pensaba ir a una Kermés? No quiero ofender, pero quién se atreve a votarla, cómo nos podemos fiar de una mujer que confunde el congreso de los diputados con un cóctel en la mansión de Cari Lapique. Por ahí vamos mal, la elegancia es, ante todo, un saber elegir la prenda para cada ocasión. ¿Querrá hacerse notar y no sabe cómo hacerlo?

¡Oh! María Teresa de la Vega, vicepresidenta de Mandanga. Cómo me gustaría sustituirla por la Merkel, qué envidia me dan los teutones, una mujer sencilla, sobria, dedicada en cuerpo y alma a poner fin a la CRISIS en Deutschland, nada de perder el tiempo por la mañana en elegir un traje, sin preocuparse del corte del pelo. En cambio, nuestra María Teresa con el cabello cada vez más tieso como sus facciones. Tan, tan insustancial en la política. ¿Qué hará por Mandanga el tiempo que le quede libre, después de elegir en el guardarropa? ¿Qué quedará de ella en el porvenir, su gusto por el color heliotropo?

Queridos blogianos, no lo vais a creer, pero Larios se ha mimetizado con el personaje que me señala, y me sonríe. Claro, que aunque parezca extraño en el becario, más chocante es que el personaje en cuestión sonría, y no en una foto escogida, he ido periódico a periódico con vivo interés, y en todas está sonriendo cuál gato de Cheshire. La boca del infierno se abre bajo sus pies, las llamas queman sus zapatos, asciende por los pantalones de Milano, abrasan mejillas y calva; y él, Francisco Camps sonríe de oreja a oreja.

Huyo despavorida con Larios al veterinario.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Marchando una de ética para todos

Aquejada por el síndrome de la mujer “intelectualmente inquieta”, llevo sin salir de casa una semana; y gracias al portero que me sube todas las mañanas la barra de pan, puedo desayunar tostadas untadas de mantequilla a capricho. Durante estos días han pasado a verme sólo los amigos varones, mis amistades femeninas han mostrado una gran sensibilidad hacía está extraña patología que sufro, y han evitado visitarme. Desde aquí les agradezco los mensajes que dejan en el móvil, deseándome una pronta recuperación.

Poco a poco recupero la normalidad. Si no fuera por el insigne pensador moderno, José Antonio Marina, y su compromiso con la humanidad, no saldría de este estado de aprensión hacía el colectivo de las mujeres de Mandanga. Tiene una capacidad para sacarme de quicio, para excitarme, que hace desaparecer cualquier preocupación.

Propone este hiperactivo de la filosofía, al que ninguna disciplina se le resiste, una ética objetiva y universal de valores que llama “seguros” para todos los individuos del planeta; desgrana conceptos retóricos que son perogrulladas, y con los que todo el mundo, incluidos los habitantes de Gamínides, están de acuerdo: como son el rechazo de las desigualdades no justificadas o la racionalidad como medio de resolver conflictos. ¡Ahí es ná! Estimable señor Marina, los valores éticos son fundamentalmente subjetivos, no pueden verificarse como los hechos tangibles. Las proposiciones éticas mal que le pese son expresiones de actitudes y preferencias, de épocas, de culturas y de individuos. Y con todo, una duda me aterra, ¿quién propondría esos supuestos valores éticos universales? USTED, la ONU, ¿quizá se metan en un bombo y se cojan al azar, si no llegan a un acuerdo? Ya sé que su afán de conocimiento no tiene límites, pero no es bueno ser tan prolijo. Los filósofos también necesitan descansar, sosiéguese, relájese entre sus potos.

La estética, ése es el gran problema de Mandanga, reino de horteras, esnobs y arribistas. Sugiero que antes de llegar a la ética para todos, del pater que piensa por nosotros, hay que pasar por el estadio estético o al menos discutir como éste conforma la ética de los hombres mandangos y mujeres mandangas. ¡Oh, dios mío, acabo de ser políticamente correcta al estilo de Leire Pajín!, ahora mismo corro a Del Diego a tomarme un dry martini y fumarme un cigarrillo cohiba.