jueves, 17 de noviembre de 2011

Estampas mandangas

Tengo por Thomas Carlyle una inclinación especial y comparto su alergia por los ideales burgueses del bienestar, el progreso y el utilitarismo. Sin embargo, en cuanto a su teoría del “héroe” (personajes que hacen la historia y están más allá de ella), aunque hay excepciones, disiento. Los políticos, empresarios, escritores y demás son reflejo de la sociedad, un gesto en apariencia irrelevante nos aclara de qué pasta está hecha una época.

Y si no miren la imagen tomada una mañana de otoño en la céntrica calle Serrano de Madrid. César Alierta, presidente de Teléfonica, repantingado y puro en mano rebusca en el bolsillo cien euros para el limpiabotas. El gesto limosnero del presidente del Consejo Empresarial para la Competitividad, cuyo objetivo principal es restaurar la confianza en la economía mandanga, es ofensivo e indecoroso; pero no menos ofensiva e indecorosa es la crónica de El Mundo al alabar la “generosidad” de este estafador renombrado (véase caso Tabacalera): “dejó 10 euros por el café, sin esperar el cambio, y pagó 100 al limpia”. Este rumbuso de la propina con cuánto no untará al periodismo independiente. Perdón, Larios me corrige: "no es untar, sino inversión publicitaria".

domingo, 13 de noviembre de 2011

Por la rabiosa actualidad, y por la pereza dominguera que no me la quita ni los Eagles Death Metal, vuelvo a publicar el artículo del 6 de junio titulado: “Reales adherencias”. Como sostiene J. una vez la Justicia se incauta de papeles es imparable. Ya veremos quién gana la apuesta


La adolescencia es sin duda la peor etapa de nuestra existencia. Los mayores peligros para la formación de la personalidad de estos capullos son las malas compañías y la manía de tener un modelo a seguir. Los padres y educadores, si no quieren que comportamientos adquiridos en esos fatídicos años se conviertan en adherencias que envicien el carácter adulto, deben practicar dos cualidades: la paciencia de un monje sintoísta y simular que sus vidas, sobre todo la intelectual, les interesa.

El ejemplo de un hombre echado a perder por seguir un modelo sin estatura moral, lo tenemos en Juan Carlos. La educación necesita de unos fuertes cimientos, si los cimientos del jefe de estado han sido los del dictador, se comprende mejor esta democracia de serie B que tenemos. La semana pasada el joven de ojos alegres y boca risueña de aquellos tiempos de sepia, bobonizado por las adherencias, ha instaurado para su persona y su casa lo que mamó en su juventud: la censura.

Juan Carlos, rey de Mandanga por la gracia de Francisco Franco, ya no guarda ni las apariencias. Acabada con la libertad de prensa para los Intocables, pronto veremos volver del exilio y pasear por el robódromo de Palma Arena a Iñaki Urdangarín. ¡Chitón!

martes, 8 de noviembre de 2011

El debate, la dialéctica y el sopor


La escena se desarrolla en un plató. Hay una mesa larga, un moderador de pelo cardado y dos hombres combativos que no se arrugan ante la dialéctica.

—Tú más.
—No, tú más.
—Mira qué te saco un gráfico.
—Pues anda qué el dato que te arreo.
—Te pillé, tú más.
—Qué te crees eso, tú más.
—Mentiroso.
—Pues anda qué tú.
—No, tú más.

Y así casi dos horas, 550.000 euros que ha costado la Dormidina.

martes, 1 de noviembre de 2011

La visión trágica del programa electoral

Habrá sido la cogorza de Marie Brizard que agarré anoche celebrando la ya clásica fiesta de Jalouín, serán los dos platos y medio cucharón extra de fabada que he comido en casa de L. con motivo de la ya trasnochada fiesta de Difuntos o que gracias a la inestimable ayuda psicoanalítica de Bruno, en mi caso ser una neurótica no es un defecto, sino una característica que me adorna. No descarto nada; pero a la seis de la tarde mordisqueando un hueso de santo, de repente, me ha sobrevenido un sentido trágico de estilo dionisiaco que tras la lectura del programa electoral del PSOE recrudece.

Cinco millones de parados y leo las mismas naderías con las que se comprometían a crear empleo en las anteriores elecciones, ahí va la creatividad sutil, el vuelo de la imaginación: “un nuevo modelo productivo, más moderno, competitivo y sostenible”; “impulsar el coche eléctrico”; “impulsar planes de investigación, desarrollo e innovación en el campo de las energías renovables"; blablá, blablá y blablá. Y la novedad estrella, mi preferida por el arranque de caballo alazán: “apostar de manera decidida por la rehabilitación integral de los sectores turísticos tradicionales del litoral mandango, pero apoyar al mismo tiempo la oferta interior”.

¡Ah, la tragedia, esa inquietud, esa insatisfacción que surge cuando se desvanecen las esperanzas! Como Baudelaire me pregunto si se puede amar al condenado y si se conoce lo irremisible.