viernes, 29 de abril de 2011

De mandíbulas y bocazas

¡Sorprendentes descubrimientos en Atapuerca! Cómo no menos sorprendente ha sido su publicación en la revista científica Journal of Human Evolution. La especialista en enfermedades dentales de homínidos inclasificables, María Martinón-Torres, ha demostrado de forma irrebatible, que el portador de la mandíbula ATE9-1, hace la friolera de 1,3 millones de años, usaba algo parecido a los palillos de dientes. El artilugio ha recibido el nombre de “mondadientes primitivo”, por eso del empaque científico. Alma de cántaro, si se hurgan los dientes con palillos hasta los chimpancés del Zoo de Madrid, va a ser menos el Antecessor del Homo Antecessor. ¡Ay la arrogancia de los idiotas!

Si este hallazgo podría publicarlo El Jueves, el siguiente tendría un lugar destacado en el Mein Kampf.

José María Bermúdez de Castro, investigador principal del equipo firmante en la revista Journal… Joke y ferviente seguidor de la moda boy scout, afirma con la mandíbula en la mano, y a falta de encontrar los restantes huesos, que pertenece en un 99% al padre de todas las especies europeas, incluida yo mesma. De ahí llega a la conclusión de que Mandanga es la cuna de la “identidad europea”. De ser cierto que somos el génesis, comprendo al fin el primitivismo endogámico que portan en sus caraduras los políticos mandangos.

Esperanza Aguirre abrió la boca y aclaró, que no hay ningún problema en que haya imputados en las listas del PP en las próximas elecciones del 22-M, ya que están “por tonterías”. El argumento queda más despejado, sabiéndola descendiente directa y sin posible evolución de la mandíbula ATE9-1. ¿O no?

viernes, 15 de abril de 2011

Las Pili y Mili de la realeza

Lo diré con claridad para que luego no digan que se me ve el plumero: Casper de la Moncloa es un inútil y un necio. ¡Menudo acto fallido! Óbvienlo. No, lo que quiero dejar claro, es que el trabajo no dignifica al hombre, sino que le entontece. Viene a ser nuestro río Leteo, mientras lo cruzamos nos olvidamos que vivimos. Y lo más importante: es un lastre para la belleza femenina. Yo misma soy un ejemplo, desde el uno de abril, tras seguir los consejos de Bruno sobre la necesidad de tener un colchón que dé sustento a mi hipotética vejez, llevo currando una media de trece horas diarias. ¡Y qué he conseguido!: dos canas en el flequillo y una cara alechugá, que sólo se remedia con dos litros de botox y cuatro de ácido hialurónico, sin mencionar la falta de tiempo para depilar las pelambreras que me asoman por las rejillas de las medias.


Por poner otro ejemplo menos egocéntrico, hete aquí dos mujeres reventadas del esfuerzo: la Gamba y la Rana. Sostenerse sobre zapatos de Prada o envolverse con ropas de Varela, cuanto menos resulta agotador, no digo nada ondearse al agua la melena o alisársela. ¡Qué difícil elección! Pobre Gamba, la llaman anoréxica cuando el estilismo y el trajín de las representaciones oficiales la tienen consumida. Si es estresante competir en esto del glamour, mantener una conversación que no decaiga y esté a la altura de los personajes, tiene que ser superfatigoso*. Sabemos por los medios de comunicación que sus reales parejas conversaron sobre la Transición Mandanga, al jordano, el tema se la trae al pairo (no así a la avezada Victoria Prego, que lleva comiendo del ello desde 1987). ¿Pero y ellas de qué hablaron, del rosa palo, del gris perla, de UNICEF, de Petra, de Tintoretto, de Cervantes, de los hijos, de las suegras? “El trabajo a la persona muchos bienes proporciona”, pero admitámoslo, nos reduce a turbas de maniquís alienados.

*En honor de aquella otra palabreja pronunciada por Ángel Expósito, el Larry King mandango, mientras emitía unas imágenes del terremoto de Japón en La 10: “¡Miren, miren este sí que ha sido un supertsunami!”. Mis primos holandeses dirían “om te plassen en houden geen rekening neerzetten”, frase que paso de traducir por su alto contenido escatológico.

domingo, 3 de abril de 2011

300 días en Mandanga

Cuando las relaciones se encanallan, no hay mejor final que un simple adiós, romper el círculo que nos ata, seguir el camino. Y no hay peor final que darnos un tiempo, pensando que aún no está todo perdido, que aún saldremos triunfantes de las crisis.

Casper de la Moncloa ha dicho adiós al pueblo de Mandanga. ¡Ala, adiós! Pero ya, que estas relaciones imposibles dan una pereza y un agotamiento del que tardaremos medio siglo en recuperarnos. Deja el optimismo demócrata y cantinelas de primarias para tus íntimos. Piensa que siempre te quedará el lustre de haber sido el peor, no agonices 300 días que a Pekín le bastó con 55, y nos vas a dejar exhaustos.