Mens sana in corpore sano (1)

Mi mayor defecto es la hipersensibilidad, una imagen, el desprecio a un poeta por ignorancia y la reiteración de lugares comunes suelen dejarme en estado de conmoción durante varios días. Entre los versos malinterpretados de Juvenal y la visión del autentico Mr. Bean futeando y embutido en la malla, no sé cuándo podré salir de esta postración en que me hallo.

Debo expulsar de la mente los últimos versos de la Saturae X, sirva de conjuro y traiga la paz al espíritu, si con ello puedo olvidar las patochadas de nuestros dirigentes:

«orandum est ut sit mens sana in corpore sano. »
«fortem posce animum mortis terrore carentem, »
«qui spatium vitae extremum inter munera ponat naturae, »
«qui ferre queat quoscumque labores,»
«nesciat irasci, cupiat nihil»
«et potiores Herculis aerumnas credat saevosque labores et venere et cenis et pluma Sardanapalli.»
«monstro quod ipse tibi possis dare; semita certe
tranquillae per uirtutem patet unica vitae.»


Se debe orar a los dioses que nos concedan una mente sana en un cuerpo sano.
Pedir un alma fuerte que carezca de miedo a la muerte.
Que considere el espacio de vida restante entre los regalos de la naturaleza.
Que pueda soportar cualquier clase de esfuerzos
Que no sepa de ira, y esté libre de deseos
Y crea que las adversidades y los terribles trabajos de Hércules son mejores que las satisfacciones, la fastuosa cena y la placentera cama de plumas de Sardanápalo.
Te muestro lo que tú mismo puedes darte, con certeza que la virtud es la única senda para una vida tranquila.