sábado, 6 de noviembre de 2010

Lo último en tendencias igualitarias

Progreso, progresivo, progresismo, progresista son términos y doctrinas políticas que nacieron con la revolución francesa en 1789. Tienen pues 221 años, lo que hace que transcurridos dos siglos resulten paradójicos por antiguallas. El tiempo les ha hecho ocupar el lugar de sus originales enemigos: el tradicionalismo y el conservadurismo; en ocasiones llegan a ser reaccionarios, pero suelen ser momentos de paroxismo provocado por las encuestas negativas. Actualmente sus apologetas son los ideólogos de “estar a la última moda”; y en cuanto al mundo de las ideas que manejan, éstas se reducen a dos: decirnos cómo debemos vivir y regular todas las opiniones, en especial las morales, bajo la milonga de que las suyas son las correctas. ¡¿A ver quién está en contra del avance?!

En Mandanga tenemos el carácter puntero, cuando sobresalimos nadie nos hace sombra, estamos veintiocho pueblos por delante del segundo. No hay quién nos gane en deuda pública, en déficit, en paro, en falta de I+D+I, en baja productividad, en mariscadas… y en tendencia igualitaria (concepto básico en el que se ampara el progresismo para ocultar su nadería). Lo bueno de la igualdad es la amplitud del término, cabe cualquier cosa, y sobre todo lo socorrida que es, que el gobierno se aburre o no sabe qué hacer para entretenernos o simular que están en el ajo de nuestros intereses o, simplemente, que les viene grande el proyecto, se arremangan delante de las cámaras y vocean: ¡allá va una de igualdad! Y ahí nos tienen a todos embaucados con la polémica, que sí, que no, que si van a por la familia, que si me gusta el salmonete…

Apagado el tema de ETA, por ahora, aparece el último modelo igualitario. ¡Atención! Mandanga es la primera potencia mundial donde el orden alfabético en los apellidos prevalecerá sobre los del varón y la hembra. Adivinen el motivo, aparte de que es una rémora de la sociedad patriarcal. ¿? Si tenemos algunas dudas, leamos las palabras de Manuel Chaves, el ‘Rata tercero’, y del Ministro de Justicia: "Supone un paso más hacia la igualdad y termina (me troncho) con la diferencia de género"; la actual situación es “difícilmente compatible con el mandato de igualdad que defiende la Constitución”.

Vaya, vaya, Francisco Caamaño Domínguez, ¿si no es compatible con el mandato de igualdad que defiende la Constitución, tampoco lo será la Ley Sálica ni la monarquía? ¿Para cuándo el referéndum? Habrá que ser consecuentes y dar ejemplo igualitario, comenzando con el fin de una institución tan manifiestamente discriminatoria por la Gracia de Dios. El rasgo primordial de la égalité es que cualquier idiota está preparado para dirigir a las masas clonadas.

2 comentarios:

  1. Estoy hasta los güevos de la igualdad, cojona.

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  2. Estoy de acuerdo son idiotas y además creen que el resto también lo somos. Salud

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