'La caída de la Casa Usher' o la decadencia de la estirpe

En la última semana un hálito de podredumbre, de humedad viciada y de catalepsia se respira en Mandanga. La frente de Casper de la Moncloa es una losa sepulcral que lleva inscrito el epitafio: “requiescat in Pace”. ¿Dónde quedó el optimismo forzado en mil campañas de comunicación? ¿Qué será de los súbditos si ‘El Príncipe’ tira la toalla? Causa estupor y sobresalto, verle triste, sin saber ubicarse en las fotos de Lisboa, admitiendo su derrota en el Parlamento; su pequeño mundo ideológico, apenas sostenido por la monja del pueblo, Rosa Aguilar, y el íncubo Bubacalva se tambalea. Cuando ya no tienes nada que gobernar sólo te queda hacer piruetas, de ahí la nueva “agenda social”, pero ni eso, el titular les dura un día, aunque toque de refilón tema tan peliagudo para la derecha como el ogro de la eutanasia.

El problema de Mandanga es la Familia (da igual que sea de sangre, de partido, de profesión o de negocio) y su irresistible tendencia a la endogamia, esta sólo trae corrupción, degeneración y al final ‘la caída de la Casa Usher’. Como muestra tenemos a Montilla y los orgasmos, a Alicia Sánchez Camacho y sus juegos depredadores, a Miguel Sebastián que un día dice una cosa, el otro la contraria y entremedias se gasta un pastizal en vender la marca La Pava… La lista es interminable. Qué puedo decir de los premios literarios, plásticos o al emprendedor más vigoroso del tejido industrial mandango, que estos siempre recaen en un allegado. Y así todo, no hay ámbito en este país libre de las redes familiares; porque ya se sabe la Familia muchos bienes proporciona.

El ejemplo más ilustrativo lo tenemos en los últimos vástagos de la estirpe Gallardón-Jiménez. Sería un magnifico cuento sobre la decadencia de una raza, si no fuera por lo trágico-chusco y la falta de vergüenza de los dos personajes. Conque papo se pasea mi Trini por los foros internacionales como si de una fiesta se tratará, más suelta que la Trini de la Puerta Real, conque donaire la otrora defensora de los pueblos oprimidos, llámese saharaui, entiende ahora de Realpolitik. Tiene que llevarlo en los genes como su primo Alberto, que ha dejado al ayuntamiento de Madrid en la quiebra absoluta, y en vez de ir a la trena por negligencia y despilfarro del dinero público, ahí sigue, porque el muchacho lo vale. Ya que les viene grande el proyecto, enciérrense en la cripta familiar envueltos en sudarios de diseño, como Roderick y Lady Madeline Usher, y déjennos en paz.

Con la Parca sobrevolando en el Congreso de los Diputados, y por lo que pudiera suceder en un futuro, aproveché la comida familiar de los domingos para leer mi testamento vital, en el cual de manera clara y precisa expongo que: mientras tenga conciencia ya me ocuparé yo de mi muerte digna, y que si entro en coma nadie, o sea nadie incluido el Estado y en su defecto el Ministerio de Sanidad, me manda al otro barrio. Nunca se sabe, mira tú que despierto, y tengo la suerte de ver una película del biznieto de Fernando Trueba.