domingo, 17 de octubre de 2010

Misterio en el Museo del Prado (desenlace)

Un cronista debe dar cuenta exacta de los hechos tal y como suceden, no puede falsear la realidad para hacerla más al gusto de de la época, y menos con fines propagandísticos; de ser así la Historia se convertiría en tres kilos de Manuel Fernández Álvarez (que en gloria esté). En aras de la veracidad y objetividad, el presente informe viene amparado por la rigurosidad de los datos; aunque estos sean, en apariencia, unas veces intranscendentales y otras el lector los tenga por fantásticos.

Debió ser al comernos la manzana cuando nos entró la modorra, y al poco me dormí arrullada por los ronquidos de un investigador y los resoplidos del otro. Nos despertó el ruido de la puerta al abrirse y las luces de la sala sobre nuestros rostros; mimetizados por la Larva nos arrastramos detrás del primer montón de cuadros que encontramos, en el apresuramiento dejamos un Tiziano listo para las nuevas tecnologías de la restauración. "¡Me estas metiendo un codo en el riñón!", "¡cállate!", "¡Me ahogo, he perdido el ventolín!", "¡eso, dejando pruebas!", "¡os doy vacaciones, no pienso veros en un año, ahora sí que me quedo sin trabajo!". Por el pasillo central vimos avanzar a la Ministra de Defensa, Carmen Chacón, marcando el paso de la oca, cinco agentes secretos del Centro Nacional de Inteligencia, media docena de guardias civiles con su respectivo teniente coronel y el paranormal Iker Jiménez: ¡y nuestra ajetreada presencia pasó inadvertida! No me extraña que los del Peñón nos las metan doblada.

—¡Cogedlos todos!
—¿Excelentísima, cómo los vamos a llevar, son demasiado grandes?
—¡Mare de déu, tengo que estar en todo, ayer con el Protocolo Pitido y hoy con esto! ¡Quitadles los marcos, hombres sin iniciativa!
—¿Y esta sustancia pegajosa? ¿Qué asco, parecen mocos?

Eran la nueve de la mañana cuando se marcharon alegres, cantando la canción de la Mandrágora: “la hogueeera, la hogueeera, la hogueeera…” A las diez se oía el bullicio de los visitantes recorrer las salas de los pisos superiores, momento en que aprovechamos para abandonar el museo confundidos entre un grupo de turistas japoneses. Llevábamos las pruebas irrefutables de que la pestilente Larva de Mandanga engullirá la originalísima idea de Regeneración del Grupo Vocento y sus chicos del 98.

"Mamá yo de mayor quiero ser portavoz". "Niña, primero abogado del estado, y después ya pensaremos lo de ser artista". (Conversación entre una menina barroca y su madre en la cantera de Valladolid).

2 comentarios:

  1. Estamos gobernados por mediocres como la menina del cuadro y no por la talla física, sino por la intelectual. Y en cuanto al debate de regeneración propuesto por ABC, es de chiste después de los EREs que ha realizado y que han afectado a los que menos sueldos tenían o a los redactores que no pertenecían a ninguna camarilla. Hablar de regeneración que sinvergüenzas.

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  2. Sí, artistas de vivir del cuento

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