jueves, 30 de septiembre de 2010

Bajo el influjo de la perpetuación, el Borbón urde la Monarquía Sindical

Junto a mis compañeros del RID (Republicanos Inasequibles al Desaliento tendencia Libertaria) di por concluida la jornada de ayer en un bar de la calle Antonio López, dando cuenta de una ración de patatas bravas, otra de gallinejas y dos “pulpo a lo tojo” en conmemoración del revolucionario líder sindical. Admito que como no estoy hecha para las caminatas -lo más Serrano hasta Ortega y Gasset- apenas tomé algo de tojo y unos cuantos vasos de jumilla. Era la una de la madrugada cuando nos despedimos. El Día HG se fue tras los 1.440 minutos de rigor, quedará alguna entrada flotante en el ciberespacio y los titulares extraviados en la polvorienta prensa. Chao Pescao.

Adiós. Se apagaron los cantos de las sirenas piscifactóricas, volaron acompañando el aleteo de las últimas moscas del otoño. Pobre Lampedusa, hasta le han dado la vuelta a su famosa cita, de vivir ahora diría: “para que todo siga igual nada debe cambiar, basta con un poco de circo”. ¡No! Me niego a poner en boca de un esteta, de un hombre consciente de la agonía de su época, una frase tan chorra; ésta le pega más a Juan Carlos Mandango.

En el Palacio de Invierno, tal día como ayer, la realeza en solidaridad con la clase obrera y con el derecho constitucional a la huelga general se quedó en sus despachos; así lo hace constar un comunicado de la Familia a los medios. No sabemos lo que harían en ellos, porque la Casa es parca en explicaciones; y yo me sujeto la imaginación cómo puedo, sólo diré que estuvieron despachando que al ser gerundio no compromete (de las trece acepciones que tiene el verbo “despachar” en el Mamotreto de la Lengua, me quedo con la última: “disponer libremente de algo sin autorización”).

Es una vulgaridad hablar de dinero; así que paso del debate que tuvimos la noche del “pulpo a lo tojo”, sobre si le descontarán del jornal el día de huelga. Incluso, a estas alturas, me deja indiferente el transfuguismo de la persona irresponsable que se ha paseado por la dictadura, la transición y la monarquía parlamentaria, con un desparpajo digno de su tatara…tarao Fernando VII. ¡A mí lo que me reconcome, es que se haya apropiado de nuestro más sagrado instrumento de lucha, y en el colmo de la ignominia nos salga con la MONARQUÍA SINDICAL!

3 comentarios:

  1. Querida Carlota, no me parece justo lo que dices, teniendo en cuenta que gracias a ellos tenemos una representación exterior inmejorable. El derecho a la huelga es de todos y en esto está incluido el rey.

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  2. Pues como le descuenten el día el prorrateo de pagas y demás, la chica de economía va a ponerse muy contenta. ¡Ahora hasta las Mandamonarquías hacen huelga! Yo pensaba que simplemente diletaban. ¡Es que estoy en otro planeta!

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  3. Anonimo 1, el derecho de huelga es de los trabajadores, no de las sanguijuelas

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