lunes, 12 de abril de 2010

Pues ESO, agitprop

Los ministros que más valoro del gobierno de Mandanga son Bibiana Aído y Miguel Sebastián, les sigue a considerable distancia Ángel Gabilondo, el buen hombre le da un aire a la cosa ministrable que parece que se lo cree; los otros dos ni por asomo tienen fe en sus proyectos, una porque es consciente de que el hecho de ser mujer no la exime de su voraz analfabetismo, y el otro porque se sabe un cínico del poder. Los admiro, cada uno a su manera son el braguero que sujeta la inoperancia del presidente en la CRISISQUÉCRISIS. Qué hay que dar imagen de no parar, de trasiego de ideas por y para el ciudadano, pues ahí están los tres magos de la Agitación y Propaganda.

Qué causalidad, precisamente ahora, que Casper de la Moncloa está más insustancial que de costumbre jugando a la gallina ciega de la economía sostenible, aparecen los embaucadores y montan tres sainetes para entretener al pueblo. El remilgado Sebastián tiene algo sospechosamente magnético con el sector eléctrico. Se gastó una millonada de euros en Bombillas que, como el arca de Indiana Jones, dormitan cubiertas de polvo en algún hangar, y ahora nos acaba de presentar la "Estrategia y Plan de Acción del coche eléctrico". Para qué andarse con miserias, si de sobra es conocida la potencia industrial de Mandanga, la envidia de Alemania por nuestro I+D+I y la fuga constante de cerebros norteamericanos a nuestras universidades. Él y el cabecilla nos quieren hacer creer que con 590 millones de euros: 240 para subvenciones a la compra, 173 para investigaciones varias, 140 para apoyar a la industria, 35 para enchufes y dos para marketing seremos pioneros de la locomoción humana. Se les olvida contarnos que cada coche vendido costará al contribuyente 8.428 euros, una birria para un futuro espectacular. El coche eléctrico vendrá, pero no de la mano de nuestra magra industria.

Mientras Aído pasea su ignorancia en el coche fantasma, formando a perfectos psicópatas con sus cuentos igualitarios, Ángel Gabilondo ha preparado el borrador del "Pacto por la Educación". Treinta y ocho páginas de retórica, consistentes en palabras, frases, conceptos y objetivos de ampulosa oquedad. Treinta y ocho páginas de pretensiones sin contenido, treinta y ocho páginas de: promoveremos, posibilitaremos, impulsaremos, apoyaremos, realizaremos, fomentaremos, conseguiremos, adoptaremos… y venga remos.

Hace más de dos mil años los clásicos decían: “de la Nada nada adviene”. Y hacía la Nada marchamos la mar de optimistas.

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