jueves, 8 de abril de 2010

La neoescolástica irrumpe en el Tribunal Constitucional

Desde la página del XL Semanal, “Excusas para no pensar”, Eduardo Punset insiste un domingo tras otro en enseñarnos a gestionar el tiempo, los pensamientos y las emociones negativas; sin gestión, el experto mental vaticina el colapso de la humanidad a la vuelta de la esquina. Él es un hombre nacido para el siglo XXII, pero para una mujer más al estilo de Léon Bloy no hay nada más saludable que perder el tiempo en soplapolleces.

Paseaba esta mañana sin rumbo fijo por el barrio de Argüelles. Mientras miraba los escaparates y comía un sándwich de salami de Rodilla mi pensamiento agestionado iba a lo suyo, saltando sin control de los analistas incapaces de encontrar una explicación racional a la subida sin precedentes en Mandanga del consumo de chocolate y caramelos (para mí que no quieren mojarse, porque más claro imposible: el chocolate con sus efectos antidepresivos es la droga más barata que los cinco millones de desempleados tienen al alcance para estimularse, y la conocida afición de los ancianos por el dulce hace de los caramelos el maná de los jubilados), al sonrojo que me produce la añagaza del pacto anticorrupción entre el PSOE y el PP, os va votar Rita la Cantaora como no hagáis listas abiertas, ¡qué panda! Cuando me encuentro de repente en la calle de Domenico Scarlatti frente a la sede del Tribunal Constitucional.

¿Habrá sido casualidad la elección de la calle dedicada al compositor de la “Fuga del gato” o fina ironía? El edificio, obra de Antonio Bonet y Francisco G. Valdés, ya estaba ahí; pero se nota en los arquitectos cierta propensión hacía el esoterismo y las artes adivinatorias en línea con Juan de Herrera. Con sólo un vistazo vemos el paralelismo entre la planta del sacrosanto lugar y la cuadratura del círculo, amén de las simbólicas ventanas por donde penetra la luz hasta alcanzar los espíritus independientes de los magistrados que la habitan. Allí parada, no dejo de pensar en el ingente y fundamental trabajo que desarrollan. Ahora tienen entre manos una sentencia que atañe directamente a la Inmaculada Concepción, patrona del colegio de abogados de Sevilla. El dictamen al que se enfrentan deja en pañales las controversias escolásticas: ¿crea inseguridad jurídica el elevar el misterio de la Inmaculada Concepción a norma reguladora de los abogados? Aunque no deja de tener su atractivo, se me ponen los pelos de punta sólo de pensar en las conclusiones.

Va una porra a que el Tribunal resolverá antes el insondable misterio virginal que la constitucionalidad del Estatuto de Cataluña.

2 comentarios:

  1. Está claro que las cosas paranormales se pueden dilucidar, opinar sobre ellas incluso emitir veredicto, pero no le pidas peras al gato que por muy listo que sea no es capaz de unir 2 ideas en la misma línea, por muy puesto que esté de gin, entonces se dará a la fuga como dice su calle

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  2. Para que complicarse la vida con la llegada de la primavera tiempo en el que las personas de bien e incluso las de no tan bien, se dedican a irse a las terrazas del parque de oeste; no te calientes la sesera por ahí que no vas a tener respuesta.
    P.D. no pienso apostar pa perder

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