martes, 6 de abril de 2010

Lo trágico y lo chusco

Al fin en casa, adiós a la dura vida del turista, traigo los pies para que me los escayolen un mes de tanto andar a la búsqueda de un rincón con “encanto” que echarme a la retina, de hacer colas para entrar en el museo del Turbante y de ver los ruinosos palacios aconsejados por las infames guías del viajero occidental. ¡Oh mi caaasa! ¡Oh mi Mandanga añorada! ¡Por qué alejarme de ti, a qué viene tanto huir! Si del esperpento la reina amada eres. ¡Dios santo! Estoy poseída por el pregonero Barbeito; perdóname Emily Dickinson, vengo trastornada por el kif.

A qué buscar distracción en la cutre y guirística plaza de Jamaa el Fna, de la que sólo pueden disfrutar unos cuantos aventureros antropológicos, entre ellos nuestro sin par Kitin Muñoz. Fuera exotismo, para Patrimonio de la Humanidad: Mandanga, el mayor espectáculo tragicómico de mundo. Cada vez que viajo estoy en un sin vivir pensando en que me pierdo nuevas peripecias de mis compatriotas. Dos noticias de singular importancia han acaecido en esta Semana Santa de Pasión, una dramática, la otra chusca; y las dos en el perfecto eje que mueve la idiosincrasia del mandango.

En Euskadi ha muerto el aizkolari, José María Mendizábal, perdió la vida por el honor, la gloria, 6.000 euros de apuesta y unos cuantos troncos de 2,5 m. de diámetro. Antes de unirse al dios Aizkora bebió manzanilla para entonarse y acabar la faena, no pudo ser. Por las venas de Mendizábal fluía la verde hierba del caserío; pero su férreo y, al mismo tiempo, campechano carácter, su piel, su cuello, su torso trae a la memoria los míticos toros que pastaban en libertad por los campos mandangos. Por más que se empeñen los del 98, no es en Castilla dónde hay que buscar las genuinas señas de identidad de Nuestro Reino, sino en las gastadas colinas vasca.

Dejemos el canto épico, el llanto por Mendizábal para el andaluz Barbeito, y pasemos a la comedia bufa. Si alguna vez existió el tan manido topicazo del “seny catalán”, éste se quedó colgado en algún risco de la montaña de Montserrat allá en el amanecer de los tiempos. Yo no sé si es cosa del Triunvirato o de la endogamia entre los Berenguer y Falconer, pero no cabe la menor duda de que las mayores gansadas en los últimos años de la historia de Mandanga nacen en tierras senyticas. Y para muestra tenemos a Lluís Pallarés: el atleta espermatozoide. Pallarés, disfrazado de espermatozoide con barretina, se ha preparado a conciencia en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat para la Maratón del Polo Norte. Él sabe que el reto es un imposible, el disfraz es una desventaja y no digamos nada arrastrar el flagelo; condiciones adversas que el héroe tratará de superar con una idea fija en el gameto: “lo único que se puede hacer es correr, correr y correr”. Mira tú, que si a su regreso se le ha congelado la virilidad y no puede volver a correr-se. Espero con ansia su retonno.

2 comentarios:

  1. SE NOTA QUE LO TUYO NO SON LAS VACACIONES NI EL TURISMO¿QUÉ PRETENDES, ALMA DE DIOS, AL IRTE A TIERRAS INFIELES, ENCONTRAR TANTA DIGNIDAD COMO EN EL NORTE? NO SEAS PALURDA QUE TE HACIA MÁS ENTERADA

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  2. No, esta claro que los fenicios le robaron la cabeza y se la vendieron a los avezados bárbaros...

    Fdo: Plinio

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