miércoles, 10 de febrero de 2010

Pepe Bono frente a Sir Thomas Gresham

¿Y yo que le encuentro parecido al U2 de la Mancha con Berlusconi? No por su vida privada que no es transgresiva al estilo del italiano, sino por los injertos capilares “ala de cuervo” y esa cara paralizada en la cuarentena; pero, sobretodo, por la concepción goebbeliana de la política, y ese tratar a la gente de estúpida.

Como el pueblo mandango está más fuera que dentro de la “sostenibilidad económica”, es natural que se haya puesto un pelín amotinado tras los 48 días de vacaciones navideñas de los padres de la patria, y saquen a relucir los sueldos, las pensiones, las dietas, los complementos… y demás prebendas. Bono, el águila de la propaganda, viendo que el asunto podía complicarse, ha tenido la feliz idea de mandar un argumentario (herramienta de comunicación cuya finalidad es confundir) para que sus chicos se defiendan de los ataques. Pero he aquí, que el águila ha devenido en abubilla al comparar el presupuesto del Congreso con el del fichaje de Ronaldo.

Querido Bono, se le escapa lo más básico, a Ronaldo lo contrata una empresa de gestión privada para meter goles; y a sus señorías, francamente, no veo que metan ninguno, más bien los cuelan en su propia portería. Ha oído hablar de la Ley de Gresham, por si acaso la desconoce, paso a resumirla: cuando en un país circula una moneda mala (bajo contenido en oro) ahuyenta a la moneda buena (alto contenido en oro), al final la buena desaparece de las transacciones y queda sólo la moneda depreciada.

Observe, la ley de Gresham aplicada al micro mundo del Congreso. Para no generalizar, un 97% de los diputados entraron en los partidos con chupete, y de ahí sin otro valor añadido que el acatamiento a las siglas y el dominio del capote, se apoltronaron en los escaños; algunos, incluso han llegado a lo más alto: la presidencia del Gobierno y los ministerios. Los pocos diputados que tienen una carrera profesional y destacan fuera del ámbito político (Cesar Antonio Molina, Manuel Pizarro…) huyen con el rabo entre las piernas a la primera ocasión, desaparecen, dejando el patio a la calderilla.

No es un tema de sueldos, sino de ineptitud y de mistificación. Por mí, que cobren millones si nos hacen campeones galácticos; pero como accionista de Mandanga ni un euro a quién no da resultados. ¡A la calle o la Universidad de Sevilla!

Ahora fijaros atentamente en las dos imagenes, a la derecha Sir Thomas Gresham pintando por Antonio Moro, asesor financiero de Isabel I de Inglaterra y creador de la Bolsa de Londres, a la izquierda José Bono, más conocido en La Mancha como El Relojes. Indudablemente son hombres de distinta época con mercadotecnias diferentes. ¿Pero, por qué, qué hemos hecho para merecer esto? Estética por Dios, estética, ya no pido otra cosa y menos argumentarios.

1 comentario:

  1. Querida Carlota, parece que no te das cuenta que el Sr Bono es un frívolo con ansias de ser querido y recordado como el hombre más bueno y cabal que pisó este país y quizás este mundo. Y así las cosas ¿como no justificar a sus muchachos? es igual que el seleccionador del Real Madrid o del Atleti:siempre justifica el esfuerzo de sus chicos si no ¿de qué va a vivir?

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