jueves, 3 de diciembre de 2009

Moratinos y las apariencias

El mundo de la Chacinería, perdón Cancillería (¡qué lapsus más tonto!), es un arcano para mí, necesitaría más de dos tardes para ponerme al día. Del protocolo, según parece de vital importancia en las relaciones exteriores, no tengo ni idea, sólo que no debo usar las uñas para quitarme medio villagodio incrustado entre los molares; de los idiomas siempre he compartido la opinión de los ingleses: que el esfuerzo por comunicarse conmigo lo hagan los otros, aunque sea una tribu perdida de Mongolia exterior. Sí, me desenvuelvo con soltura en neerlandés, pero con él no podría resolver el conflicto judío-palestino. No obstante, desde mi analfabetismo no deja de asombrarme la política exterior Mandanga, y concretamente el actual Gattinara del reino.

Miro una foto de Moratinos, querubín de mofletes políticamente correctos, siempre al lado de los pueblos oprimidos, y enseguida pienso en las apariencias. ¿Será una cualidad de diplomático, aparentar lo que no se es? Porque de lo contrario, pensaría que al personaje le falta veinte veranos para desempeñar tan alta misión. Oyendo sus declaraciones estamos en un tris de enrolarnos en la primera ONG que se nos cruza en el camino. Menos mal que algún verano ha de faltarle, porque sus incoherencias no se pueden tapar ni con el pañuelo palestino. La principal para un hombre sensible de izquierdas es el apego que tiene por los sátrapas y tiranos. Obiang le ha distinguido con la Gran Cruz de la Orden de la Independencia de Guinea Ecuatorial. Aunque sea por estética. ¿Qué hace un demócrata socialista con semejante honor otorgado por un dictador que mantiene a su pueblo en la miseria, el analfabetismo y la corrupción, mientras él nada en los océanos del petróleo?

¿En el pucherazo de las últimas elecciones de Guinea Ecuatorial, cuál ha sido la actuación del gobierno de Mandanga y de Moratinos? ¿Por qué no han puesto reparos a que Obiang convoque con nocturnidad y alevosía, unas elecciones que dejaban fuera a la oposición guineana? Plácido Mico, presidente de CPDS, socialista y candidato de Moratinos, estuvo días antes de las elecciones en Ferraz, esperó largo tiempo en la antecámara como en las épocas de los virreinatos. Volvió a Guinea con la promesa de que dispondría del apoyo suficiente para hacer un papel digno. No hubo censo de votantes, no hubo observadores internacionales, el voto fue público, a los periodistas españoles se les negó el visado, los militares controlaron la junta electoral. Resultado: Placido Mico obtuvo el 0,4% de los votos. ¡Un triunfo rotundo para el hombre de Moratinos!

No hay mucho que dilucidar: a) es un incapaz en su trabajo y le viene grande el proyecto, b) dice que sí a todos como su maestro y después el azar dispondrá, y c) se mueve en el lado oscuro de la fuerza.

Au revoir, me voy de puente constitucional a Viñuelas con el libro de Francisco Zamora Loboch: “Conspiración en el green (El informe Abayak)”. El protagonista un detective guineano irreverente, exiliado de todos los lugares excepto de si mismo, es contratado por el Centro Nacional de Inteligencia mandango para que investigue los rumores de un supuesto golpe de estado en Guinea Ecuatorial. Igual da otra perspectiva sobre Moratinos y los diplomáticos. Hasta el miércoles.

1 comentario:

  1. Que seria te has puesto... espero que el puente te devuelva tu ácido sentido del humor... confío en Paco Zamora, no creo que su libro sea absolutamente en serio, me decepcionaría.

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