jueves, 1 de julio de 2010

Y parió la burra...

“Y yo que hasta ayer solo fui una antiinnatista, la, la, laaa… Le quiero a morir”. Bueno, ya sé que he hecho unos pequeños cambios en la letra de Francis Cabrel; pero es que no puede ser de otra manera, después de que una de mi más arraigas creencias diera un vuelco y se transformara justo en la antítesis. La catarsis sucedió anteayer a eso de la 12.30, cuando un compañero de la oficina y yo manteníamos una relajada conversación junto a la fotocopiadora. El tema, cómo no, versaba sobre el partido que enfrentaría a La Roja con Portugal esa misma noche. Lo que podría haber sido el comienzo de una historia pasional, se quedo en comienzo, y punto; tengo que tener la sutileza femenina bajo mínimos, porque mira que decirle que no me gusta ningún deporte de masas. "¡Mujer, qué es Mandanga!", insistió. "Pues eso, que le den", contesté. "El principio de pertenencia al grupo es innato, te guste o no Carlota". Y me dejó con un palmo de narices, y la peña revuelta por el cacho notición: "Estatut, Estatut, tenemos Estatut".

Breve resumen de la doctrina innatista, de la que hasta ayer, como quién dice, me producía alergia: hay ciertas ideas, principios, nociones que son innatas, es decir, que son poseídas por el espíritu de todos los hombres, especialmente los catalanes, sin excepción. Algunos autores señalan que es en la madurez donde se revelan tales principios. Ej., la idea de identidad y la figura del caganer.

Ha costado cuatro años, pero al final parió la burra, para el resultado podía haber sido una gestación normal, nueve meses y hala, a seguir con la rutina. Una vez leída la sentencia por encima (tonterías las precisas), no hace falta ser catedrático de derecho constitucional para saber que es un parche. El Tribunal Constitucional ha avalado la mayoría del articulado, ha declarado inconstitucional 14 y deja al albur de la interpretación 27 o sea vía libre al soberanismo del condado. Entre estos interpretables se encuentran mis preferidos: el artículo 5. "el autogobierno de Cataluña se fundamenta en los derechos históricos del pueblo seny, en sus instituciones seculares (lo de secular siempre me pone)…"; y el artículo 8.1 "Cataluña tiene como símbolos nacionales la bandera, la fiesta y el himno…". Qué tierno, verdad. El qué no se innata es porque no quiere.

Las reacciones no se han hecho esperar. El inútil de Casper muere de gozo; el sin chicha de Mariano acata, y está más contento que un ocho, porque el TC “estima buena parte del recurso” (14 de 125, ya me dirán la "buena parte"); Mas, Pujol y el Amontillao humillados, ofendidos y con ganas de marcha, quieren el Estatut a morir. Y de nuevo vuelve la pesadez, los tiempos de llanto y victimismo. ¡Referéndum ya!, a ver si tenemos suerte, sacan el ansiado 80% y nos dejan en paz. Lo de ser innato tiene más ventajas que inconvenientes, poseen la evidencia de la “verdad suprema” y unos principios concedidos por Dios cuando nada existía, que se manifiestan siempre, sin ninguna traba. Así que, vista la superioridad moral que otorga ser un Innatius Reilly, me dejé llevar por el gol de Villa, y lloré a moco tendido.

3 comentarios:

  1. Los catalanes no queremos la soberanía. Es un problema artificial de los partidos políticos, incluido el PP. Para independizarse como se ha hecho en otras partes de Europa, se necesita, como bien dice Carlota, el 80% a favor en un referendum independentista. Y eso saben que por ahora y en un futuro no lo van a conseguir. Yo como catalán también estoy cansado.

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  2. ¡Ay Carlota a qué viene tanto sarcasmos! Que te ha hecho el caganer, bien que queda en el belén.Se ve que eres una acomplejada de derechas.

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  3. querida Carlota, ¿acaso els castellers, la sardana y el pan "tumaca" no son seña de una identidad nacional?. Esas diferencias culturales, esa alegría de vivir ... no las tienen cualquiera, son especiales. Así que pa ellos y que con su pan tumaca se las coman.

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